martes, 13 de diciembre de 2011

Reflexiones acerca del sentido del arte como herramienta problematizadora de la realidad y de las prácticas docentes

Por Cristina Pizarro


El arte  es un conjunto de lenguajes y  modos diversos de acceder a la experiencia humana, como también así de representarla. La misma, en principio, se puede obtener siempre que una persona interacciona con algún aspecto del mundo. En este sentido, como lo plantea Eisner (2004:27) “las artes se suelen  practicar para hacer posible la elaboración de formas estéticas de experiencia...".
Ahora bien, pero desde dónde pensamos la estética, con  Jacques Rancière podríamos redefinirla desde un punto ético-político y  como régimen de lo sensible. Esta perspectiva colabora en comenzar a problematizar las múltiples  relaciones que se tejen entre estética, ética y política, y es allí, en ese comienzo problematizador respecto de esas relaciones que vemos que la estética, y en ella el arte, está íntimamente implicada en la(s) realidad(es), y por ello con lo político y lo ético.
 El arte, es mucho más que una mera expresión o representación, o un impulso del mundo interno, lleno de misterio. Es también discurso que, con Foucault podríamos decir, crea aquello de lo que habla (expresa, comunica).
Un buen ejemplo de esto lo constituye la obra de Berni y su personaje Juanito Laguna, allí están tejidos estética, ética y política. Es así, que sentipensar (como gusta decirle a Don Galeano) las prácticas docentes tendrá que ver con sensibilizar, fabricar sensibilidades y concientizarlas a la vez, o mejor aún en palabras de Berni: "sacudir conciencias". De esta manera, crear y sensibilizar también serán formas de denunciar realidades, y con ello vemos que las ciencias no son los únicos "discursos" posibles, legítimos y verdaderos que debemos, desde la escuela, garantizar que circulen. 
Es allí también, donde las prácticas docentes  comprometidas con la tarea de emancipación, deben favorecer procesos de diálogo, de reflexión entre discursos diversos (arte, ciencias sociales, saberes populares, etc), como una forma de legitimar la verdad de aquellos lenguajes que construyen el mundo,  desde los márgenes,  formando parte residual de los currículos. No obstante, son estos lenguajes, los que circulando de forma marginal o restringida (como mercancía privilegiada para algunos sectores), también dicen el mundo y lo problematizan, es así que desde sus verdades acerca del mundo, no han dejado de anunciarlo y  denunciarlo, de producirlo y  reproducirlo.
 Es por tanto el arte, el conjunto de discursos y lenguajes necesarios a  la tarea de l@s educadores y por ello, necesario a las prácticas docentes de  estos tiempos, ellos son una forma de generar igualdad, de pensar con libertad, de problematizar lo real, de dar cuenta de la complejidad del mundo, de la existencia, ya que están en condiciones, con argumentos, de discutir y dialogar sobre el mundo, la humanidad, las realidades,  con otros discursos (ciencias sociales, medios de comunicación). En fin, en ellos también encontramos nuevos  accesos y formas, no sólo de representar la realidad, la existencia y el mundo, sino especialmente a esa maravillosa posibilidad de transformarla inaugurando posibles...

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